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Descubre cómo el captcha distingue entre humanos y robots con técnicas sorprendentes

18 marzo, 2025

El captcha ha evolucionado mucho desde sus inicios y ahora utiliza métodos avanzados para identificar a los usuarios. Te contamos cómo funciona.

¿Alguna vez te has preguntado cómo los sitios web pueden diferenciar entre un humano y un robot? La respuesta está en el captcha, una herramienta que ha ido evolucionando a lo largo de los años. El método más común, conocido como reCAPTCHA, se basa en un simple clic en una casilla que dice “no soy un robot”. Pero esto es solo la punta del iceberg.

Lo realmente interesante es que el captcha observa el comportamiento del usuario antes de que se realice el clic. Mientras que un bot movería el cursor en línea recta, un humano tiende a seguir trayectorias más orgánicas y erráticas. Este sistema fue introducido por Google en 2014 y ha demostrado ser uno de los métodos más eficaces para hacer esta distinción.

La evolución del captcha

Con el paso del tiempo, el captcha ha ido adaptándose. En 2018, se lanzó una versión que elimina la necesidad de hacer clic en la casilla. En su lugar, los sitios pueden monitorizar todo el comportamiento del usuario en la página. Así, pueden evaluar si las acciones de un visitante son más parecidas a las de un humano o a las de un robot.

Imagina que estás en una tienda online. Un usuario que intenta múltiples combinaciones de contraseña o publica cientos de reseñas de productos es probablemente un bot. Por otro lado, un cliente que navega entre categorías, compara precios y se toma su tiempo para elegir es claramente un humano indeciso. Este análisis ayuda a que el reCAPTCHA asigne una puntuación a cada interacción, indicándola como más o menos sospechosa. Si hay algo inusual, el sitio puede solicitar una acción adicional, como autenticación de dos factores, para protegerse de posibles ataques cibernéticos.

Los orígenes del captcha

El término captcha proviene de la sigla en inglés que significa “Prueba de Turing pública completamente automatizada para diferenciar entre humanos y computadoras”. Esta idea toma su nombre del matemático Alan Turing, quien en 1950 propuso un método para determinar si un interlocutor era humano o una máquina. En este caso, el ordenador es el que debe decidir si el usuario es una persona o un bot.

En sus inicios, a principios de los 2000, los captchas consistían en letras y números distorsionados que solo los humanos podían identificar. Sin embargo, con el avance del reconocimiento de imágenes, las máquinas comenzaron a superar estas pruebas. Por ello, los textos se hicieron cada vez más complejos, hasta llegar a un punto donde resultaban irreconocibles incluso para los humanos. Este cambio llevó a la necesidad de innovar en la forma de validar la identidad de los usuarios.

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