En un rincón remoto de las montañas Udzungwa en Tanzania, un grupo de botánicos realizó un descubrimiento que ha dejado a la comunidad científica boquiabierta. Se trata de un árbol gigante, cuya especie, Tessmannia princeps, ha estado escondida a plena vista durante más de 3000 años. Este coloso de la naturaleza, con una imponente altura de hasta 40 metros, no solo se destaca por su tamaño, sino también por su longevidad y características únicas.
El hallazgo se produjo en 2019, cuando el equipo de investigación, compuesto por expertos del Muse-Museo delle Scienze, Udzungwa Corridor LTD y el Museo Nacional de Kenia, exploraba la aldea de Uluti y las reservas forestales de Boma la Mzinga. Allí, se encontraron con un árbol que llamó su atención por sus singulares flores de suaves pétalos blancos y pequeños bulbos amarillos en las puntas.
Un descubrimiento sorprendente
El análisis minucioso de este árbol, publicado recientemente en la revista Phytotaxa, confirmó que se trataba de una nueva especie para la ciencia. Su nombre, Tessmannia princeps, significa «el más eminente» en latín, y no es casualidad: sobresale por encima del dosel de la selva tropical, con un tronco de hasta 2,7 metros de diámetro. Entre sus características más fascinantes se encuentra su método de reproducción, que utiliza un sistema de dehiscencia explosiva, lanzando sus semillas desde las vainas de manera espectacular.
Pero su edad es lo que realmente asombra. Según Andrea Bianchi, uno de los investigadores, un ejemplar caído mostró que estos árboles podrían tener entre 2000 y 3000 años. Su crecimiento es extremadamente lento, llegando a necesitar hasta 15 años para aumentar apenas un centímetro en circunferencia.
Una especie en peligro
El T. princeps no solo es un gigante en tamaño, sino también en singularidad botánica. Posee el mayor número de foliolos observados en su género, alcanzando hasta 48 por hoja, lo que lo convierte en la decimocuarta especie identificada dentro del género Tessmannia en más de un siglo.
Sin embargo, la supervivencia de esta especie no está garantizada. Los investigadores han encontrado solo unos 100 ejemplares maduros en dos poblaciones cercanas, y actualmente está clasificada como Vulnerable en la Lista Roja de la UICN. Afortunadamente, el T. princeps se encuentra dentro del Corredor Udzungwa, un proyecto de restauración forestal diseñado para conectar fragmentos de selva tropical y preservar la biodiversidad. Esta iniciativa es crucial para asegurar la supervivencia de un árbol que ha permanecido oculto durante siglos.