¿Alguna vez has estado en el gimnasio, luchando por mantener una posición complicada, como una plancha, y te has preguntado por qué el tiempo parece alargarse? Un nuevo estudio realizado por psicólogos británicos ha encontrado que esta sensación no es solo cosa de tu mente. La percepción del tiempo realmente se distorsiona durante el ejercicio intenso y es algo más común de lo que piensas.
La investigación incluyó a 33 adultos físicamente activos que participaron en una serie de pruebas. Se les pidió que estimaran, sin mirar un reloj, cuándo había pasado un intervalo de 30 segundos. Estas estimaciones se realizaron antes, durante y después de hacer ejercicio en una bicicleta estática, conocida como spinning.
La distorsión del tiempo en el ejercicio
Cuando los participantes estaban en reposo, tendían a pensar que los 30 segundos se habían prolongado un poco más de lo que realmente era, como si el tiempo volara. Sin embargo, la historia cambió al subirse a la bicicleta. Durante un recorrido de 4 km, la percepción del medio minuto se alargó, en promedio, un 8% más de lo que indicaba el reloj.
El estudio también incluyó variaciones en las condiciones del ejercicio. En una de ellas, los participantes estaban solos, en otra eran acompañados por un avatar virtual en la pantalla y, en la última, competían contra un oponente virtual. A pesar de estas diferencias, el tiempo parecía transcurrir más lentamente únicamente durante el ejercicio, sin que el avatar o la competencia tuvieran un impacto significativo.
Los investigadores apuntan que este fenómeno no está relacionado con el ciclismo en sí, sino con la intensidad del ejercicio y la sensación de incomodidad que este provoca. Aunque los mecanismos exactos detrás de esta percepción aún no están claros, se cree que la actividad física agudiza la conciencia de las sensaciones corporales y el dolor, lo que puede hacer que el tiempo se sienta más prolongado.
Los investigadores concluyen que, aunque este estudio ofrece nuevas y fascinantes perspectivas, aún queda mucho por descubrir sobre cómo los estímulos externos, la intensidad y la duración del ejercicio influyen en nuestra percepción del tiempo mientras nos ejercitamos. Estos elementos son cruciales para optimizar el rendimiento y disfrutar de una experiencia física más satisfactoria.
Para aquellos que buscan hacer el ejercicio más llevadero, una buena estrategia puede ser introducir distracciones como música, vídeos o incluso la compañía de amigos. Sin embargo, es importante asegurarse de que estas distracciones no afecten negativamente al rendimiento físico. Encontrar ese equilibrio puede ser la clave para que cada hora en el gimnasio no se sienta como tres.