Cuando te sumerges en el mar, es común que surja un pensamiento inquietante: «¿y si aparece un tiburón?» Quizás viste demasiadas pelis de tiburones… Esta inquietud se intensifica con cada nuevo estreno de películas como Jaws. Pero, según un estudio reciente, podría haber una solución sorprendentemente simple: la tinta de los chocos.
Los Sepia officinalis, también conocidos como chocos o sépias, son moluscos céfalopodos que, al igual que sus primos los pulpos, liberan una tinta oscura para despistar a sus depredadores. Esta tinta no solo les ayuda a escapar, sino que también es un recurso que podría utilizarse para mantener alejados a los temidos tiburones.
Un repelente natural
Investigadores de la University College Dublin han explorado cómo la tinta de estos moluscos afecta el sentido del olfato de los tiburones, descubriendo que actúa como un “repelente químico”. En su estudio, publicado en la revista G3: Genes, Genomes, Genetics, los científicos sugieren que esta tinta podría utilizarse para proteger a los bañistas de encuentros inesperados con tiburones.
Los tiburones, como depredadores de la cima de la cadena alimentaria, poseen un conjunto de sentidos altamente desarrollados, incluyendo el olfato, que les permite detectar sangre en el agua a casi 500 metros de distancia. Sin embargo, la misma agudeza olfativa que les da ventaja en la caza también puede ser su talón de Aquiles. El estudio demostró que la melanina en la tinta de sepia se adhiere a los receptores olfativos de los tiburones, interrumpiendo su percepción sensorial y haciéndolos más propensos a evitar áreas tratadas con esta sustancia.
Este descubrimiento no solo podría mejorar la seguridad en las playas, sino que también contribuiría a la conservación de los tiburones, que enfrentan amenazas de extinción. Colleen Lawless, bióloga y autora del estudio, enfatiza la importancia de entender cómo las especies de presas, como la sepia, han evolucionado para explotar vulnerabilidades en sus depredadores, lo que puede inspirar herramientas de conservación basadas en procesos naturales.
Coexistencia entre humanos y tiburones
Según el Museo de Historia Natural de Florida, en 2024 se confirmaron 47 mordeduras de tiburones a humanos, de las cuales 24 fueron provocadas. La mayoría de las mordeduras sin provocación ocurren en el hábitat natural de los tiburones, lo que resalta la necesidad de encontrar métodos efectivos y no letales para mantener a estos animales alejados de las zonas de baño. Actualmente, las redes de pesca y emalhar son invasivas y pueden dañar a tiburones inofensivos y otras especies marinas.
Implementar el uso de tinta de sepia podría ser una alternativa sostenible para mejorar la seguridad en las playas, permitiendo que los tiburones se mantengan alejados de zonas peligrosas sin poner en riesgo su supervivencia. Lawless concluye que esta técnica no solo protegería a los bañistas, sino que también ayudaría a preservar a estas magníficas criaturas en su hábitat natural.