¿Cuántas veces has visto caer una tostada y, sin querer, has deseado que no lo hiciera con el lado de la mantequilla hacia abajo? La Ley de Murphy nos dice que si algo puede salir mal, saldrá mal, y este fenómeno ha sido objeto de estudio por el físico británico Robert Matthews.
En 1995, Matthews se propuso calcular la probabilidad de que una tostada cayera con el lado untado de mantequilla en el suelo. Sorprendentemente, no es un simple 50/50. Su investigación mostró que había un 62% de probabilidades de que la tostada terminara con el lado de la mantequilla en el suelo, y esto se debe a varios factores físicos como la fricción y el esfuerzo de torsión.
La ciencia detrás de la caída de la tostada
Matthews explica que al empujar una tostada desde el borde de una mesa, las fuerzas en juego hacen que el pan gire, y por lo general, termina en la posición menos deseada. Este estudio no solo le valió el Nobel de Física al año siguiente, sino que también atrajo la atención de la Corona Británica.
Recientemente, Matthews se embarcó en un nuevo desafío: encontrar una forma de impedir que las tostadas caigan con el lado equivocado hacia abajo. En un mini documental acompañado por el chef Nuño García, quien tiene 12 estrellas Michelin, Matthews busca maneras de alterar las variables que influyen en la caída de la tostada.
Una de las variables clave es la altura de la mesa. Matthews señala que para que la tostada girara menos y cayera con el lado correcto, necesitaríamos una mesa de tres metros de altura, lo que claramente no es práctico. Sin embargo, al modificar el tamaño de la tostada y aplicar principios de aerodinámica, el físico cree que podríamos estar más cerca de derrotar a Murphy.
El experimento con tostadas más pequeñas demostró que en el 75% de los casos, las mini tostadas cayeron con el lado de la mantequilla hacia arriba, lo que sugiere que el secreto está en la rapidez con la que abandona la mesa.
Este curioso proyecto no solo nos hace reflexionar sobre la física detrás de un simple desayuno, sino que también pone de relieve cómo la ciencia puede ayudarnos a entender y, tal vez, desafiar nuestras creencias cotidianas. Así que la próxima vez que prepares una tostada, piensa en la física que podría estar en juego.