La fascinación por los elefantes a menudo nos lleva a creer en mitos sorprendentes, como el famoso concepto de los «cementerios de elefantes». Esta idea, que incluso ha sido retratada en el clásico de Disney El Rey León, sugiere que estos majestuosos animales se desplazan a puntos específicos para morir rodeados de sus congéneres. Sin embargo, la realidad es bastante diferente.
Investigaciones recientes han desmentido esta creencia. Según la profesora de comportamiento animal Leanne Proops, no hay evidencia científica que respalde la noción de que los elefantes son conscientes de su propia mortalidad o que se dirijan a lugares concretos para morir. Los casos donde se han encontrado múltiples cuerpos juntos suelen estar relacionados con situaciones extremas, como sequías severas o el impacto devastador de la caza ilegal.
La realidad detrás de la leyenda
Es cierto que los elefantes son criaturas inteligentes, pero su comportamiento al final de la vida no se asemeja a la idea romántica de un cementerio. Más bien, los animales ancianos o enfermos tienden a ubicarse en zonas con fácil acceso a agua y alimento. Es en estos lugares donde, lamentablemente, suelen fallecer, lo que puede llevar a la acumulación de restos en ciertas áreas.
La falta de estudios concluyentes que demuestren que los elefantes tienen un sentido de la mortalidad es notable. Sin embargo, hay un aspecto curioso: estos animales muestran un interés particular cuando se encuentran con los cadáveres de otros elefantes. Se observa que los tocan, los huelen y los manipulan, un comportamiento que no es común en muchas otras especies.
Además, aunque la idea de un cementerio de elefantes es un mito, sí hay comportamientos rituales relacionados con la muerte. Un estudio reciente documentó la práctica de cinco elefantes asiáticos que fueron enterrados en la región de Bengala, India. Aunque este comportamiento requiere más investigación, las comunidades locales consideran que este ritual es parte de su cultura.