Durante décadas, hemos creído que el megalodón era un tiburón blanco descomunal, una bestia marina que acechaba en las profundidades del océano. Sin embargo, un reciente estudio científico ha dado un giro inesperado a esta percepción y ha desafiado la imagen tradicional de este coloso marino.
Investigadores han llegado a la conclusión de que el megalodón (Otodus megalodon) no se asemejaba a un robusto tiburón blanco, sino que tenía una forma más esbelta, similar a la de un tiburón limón. A pesar de esto, sus dimensiones eran realmente impresionantes, alcanzando hasta 24 metros de longitud y un peso de aproximadamente 94 toneladas. Este tamaño le colocaría en el rango de las ballenas azules, las criaturas más grandes del planeta.
El megalodón como un extremo de gigantismo
Contrario a la imagen popular de un depredador masivo, los científicos sugieren que el megalodón era un claro ejemplo de cómo el gigantismo no solo implica aumentar el tamaño, sino también adaptar la forma del cuerpo para sobrevivir. Phillip Sternes, coautor del estudio, explica que este tiburón prehistórico tenía un cuerpo diseñado para viajes más eficientes en el agua.
La popularidad del megalodón se ha visto alimentada por películas como Megalodón y Megalodón 2: La Fosa, donde estos gigantes emergen aterradoramente de las profundidades. Sin embargo, su existencia se remonta a hace entre 15 y 3,6 millones de años, y hasta ahora, se han encontrado principalmente dientes y vértebras, dejando mucho a la interpretación científica para estimar su tamaño y forma.
Comparación de columnas vertebrales proporciona nuevas conclusiones
Los investigadores han utilizado un enfoque innovador al comparar una columna vertebral casi completa de un megalodón con la de 165 especies de tiburones, tanto vivos como extintos. Este método les permitió estimar la proporción de cabeza, cuerpo y cola del megalodón, sugiriendo que este tiburón prehistórico era más estilizado de lo que se pensaba anteriormente.
Los tiburones blancos son conocidos por su robustez, favoreciendo movimientos rápidos. En contraste, el megalodón probablemente era un híbrido entre un depredador veloz y un viajero que se deslizaba con facilidad por el agua. Sternes lo describe como un enorme tiburón limón con un cuerpo delgado y alargado, lo que tiene más sentido para un animal de su tamaño.
Más bien una especie de tiburón limón sobredimensionado
Desde su nacimiento, un megalodón podía medir entre 3,5 y 4 metros, un tamaño comparable al de muchos tiburones actuales. Esto podría indicar que ya desde joven, este tiburón cazaba mamíferos marinos. Sin embargo, los científicos advierten que todas estas interpretaciones son hipótesis preliminares, y solo un esqueleto completo podría confirmar estos hallazgos.
Los resultados de este estudio respaldan investigaciones anteriores que sugerían que el megalodón no era simplemente una versión gigante del tiburón blanco moderno. Timo Moritz, del Museo Marítimo Alemán, confirma que la idea de un megalodón más delgado tiene sentido y podría cambiar nuestra comprensión sobre estos fascinantes depredadores marinos.