Ceremonia de los Premios Óscar de 2025 será recordada no solo por la histórica primera estatuilla para Brasil con Ainda Estou Aqui, sino también por un fenómeno sorprendente: los principales premios fueron a parar a películas de financiación independiente. Desde Mejor Película hasta Mejor Actor y Actriz, la noche estuvo dominada por producciones que rompen con el tradicional dominio de los grandes estudios de Hollywood.
Un filme independiente se define como cualquier producción realizada fuera del sistema de los grandes estudios de cine de Hollywood, como Warner Bros o Disney. Estos gigantes solían acaparar la atención de los premios, pero la 97ª edición del Óscar mostró que las cosas están cambiando. Un ejemplo claro es Anora, que se alzó con el galardón a Mejor Película, con un presupuesto modesto de solo 6 millones de dólares, una cifra que palidece en comparación con las producciones convencionales de la industria.
El impacto de A24 y Neon en el panorama cinematográfico
En esta ocasión, dos productoras han destacado por encima del resto: A24 y Neon. La primera, conocida por su innovadora distribución, llevó Anora a la audiencia norteamericana, mientras que Neon se encargó de distribuir O Brutalista, que también se llevó varios premios. Ambas compañías han logrado que el cine independiente no solo sea visible, sino que compita de tú a tú con producciones de grandes presupuestos.
La compañía Neon, desde su fundación en 2017, ha cosechado un notable éxito al presentar películas internacionales a un público que, cada vez más diverso, busca nuevas narrativas y enfoques. Desde su primer Óscar en 2018 con Yo, Tonya, Neon ha acumulado 36 nominaciones y 11 victorias. A su lado, A24 ha seguido el mismo camino, con 76 nominaciones y 18 premios, destacando por su apoyo a directores con visiones únicas que a menudo se ven limitadas por los grandes estudios.
El caso de O Brutalista es un claro ejemplo de este enfoque. Con una duración de 3 horas y 35 minutos, el director Brady Corbet defiende la libertad creativa de los cineastas, algo que rara vez se permite en las grandes producciones. En un mundo cinematográfico que tiende a seguir fórmulas probadas, estas productoras están abriendo espacio para historias originales y provocativas.
La popularidad de estos filmes independientes, tanto en los Óscar como entre el público, refleja un cambio en el mercado cinematográfico. Mientras que las grandes productoras han apostado por franquicias y remakes, las pequeñas productoras están logrando captar la atención con narrativas frescas y arriesgadas. Los Óscar, conocido como la noche más importante de Hollywood, está dejando de ser exclusivamente hollywoodense.