Los narvales, esos fascinantes cetáceos conocidos como los unicornios del mar, han sido objeto de leyendas a lo largo de la historia. En la Edad Media, sus impresionantes colmillos eran comercializados como cuernos mágicos. Sin embargo, su verdadero propósito ha permanecido envuelto en el misterio hasta ahora. Gracias a la tecnología de los drones, un equipo de investigadores ha logrado observar a estos animales en su hábitat natural y ha descubierto que estos colmillos, que pueden medir hasta tres metros, son herramientas versátiles para la caza y el juego.
Habitan en las frías aguas del Alto Ártico, donde las oportunidades de estudio son escasas. Los narvales, que pueden medir entre cuatro y cinco metros de longitud (sin contar sus colmillos), son principalmente machos, ya que en las hembras estos dientes son muy raros. Una de las funciones más intrigantes de sus colmillos es la capacidad de detectar cambios químicos en su entorno, lo que les ayuda a navegar en un mundo donde el hielo y el agua se mezclan constantemente.
Explorar, perseguir y golpear
Con la colaboración de comunidades inuit en Nunavut, los investigadores han realizado observaciones aéreas que revelan un comportamiento fascinante. Los narvales son capaces de explorar, perseguir y golpear a los peces con sus colmillos, utilizando estas herramientas para aturdir a sus presas. Sin embargo, en ocasiones, parece que simplemente juegan con los peces, lo que nos lleva a preguntarnos sobre la complejidad de su comportamiento social. ¿Acaso los narvales no estaban hambrientos?
Los científicos, liderados por la bióloga Cortney Watt, han destacado la destreza y precisión que estos cetáceos muestran al cazar. Poder observarlos desde una perspectiva aérea ha proporcionado una nueva dimensión a la investigación sobre su comportamiento. Cada día, se descubren más sobre estas criaturas, que han fascinado a los investigadores durante más de una década.
Una herramienta en el cortejo
Los colmillos de los narvales no solo son útiles para la caza; también juegan un papel crucial en el cortejo. Un estudio previo reveló que durante los encuentros entre machos, estos colmillos se utilizan como señales de dominancia, lo que indica quién es el más fuerte. La competencia por las hembras implica exhibiciones que pueden parecer un duelo de esgrima, donde los machos levantan sus colmillos y los cruzan en el agua, posiblemente para evaluar las cualidades de un oponente. Todo esto también puede tener un trasfondo ritual para atraer a posibles parejas.
En un mundo donde el hielo se está desvaneciendo, los narvales enfrentan desafíos que aún no comprendemos del todo. A medida que los investigadores continúan su trabajo, queda claro que hay mucho más por descubrir sobre el comportamiento social y reproductivo de estas criaturas altamente sociales.