La Misa del Gallo es una celebración nocturna que se vive intensamente en los países ibéricos y sus antiguas colonias. ¿Sabías que su origen se remonta a la región de Galícia, en el noroeste de España? Esta tradición, que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos, tiene raíces que se entrelazan con la historia del cristianismo y la época romana.
En el siglo IV d.C., cuando el Imperio Romano adoptó el cristianismo como religión oficial, se celebraban festividades en localidades como Belén y Jerusalén. Estas festividades, conocidas como Epifanía, tenían lugar el 6 de enero, marcando el inicio del año litúrgico. En estas celebraciones, la vigilia se extendía hasta la madrugada, concluyendo con el canto del gallo, que anunciaba un nuevo día y la llegada de Jesús.
La Influencia de Egéria
Una figura clave en la difusión de esta tradición fue Egéria, una rica y aventurera mujer gallega. Durante sus peregrinaciones a la Tierra Santa, ella fue testigo de las celebraciones de Epifanía y, al regresar a su tierra natal, comenzó a propagar esta costumbre. Así, la Misa del Gallo se estableció firmemente en la Península Ibérica y se extendió a las colonias españolas y portuguesas.
Esta misa no solo conmemora el nacimiento de Cristo, sino que también simboliza la unión de la comunidad en una noche de celebración y esperanza. Hoy en día, la Misa del Gallo sigue siendo un evento central en las festividades navideñas, donde familias y amigos se reúnen para celebrar, recordar y compartir.