¿Podría tu vocabulario ser la clave para una vida más prolongada? Aunque no se trate de leer el diccionario en sí, un estudio publicado este año ha encontrado una sorprendente conexión entre la fluidez verbal y la longevidad. Según esta investigación, la capacidad de expresarse y utilizar un amplio vocabulario puede ayudarte a vivir más años.
Investigaciones anteriores ya habían sugerido que la inteligencia está relacionada con una vida larga, pero definir qué es la inteligencia puede ser un desafío. Desde la lógica hasta el autoconocimiento, la inteligencia es un concepto multifacético. El nuevo estudio, liderado por Paolo Ghisletta de la Universidad de Ginebra, se centra en un aspecto crucial de la inteligencia: la comunicación.
Un estudio revelador sobre los ancianos de Berlín
El análisis se basa en el Berlin Aging Study, un proyecto multidisciplinario que desde 1989 ha estudiado a personas de entre 70 y 105 años que vivieron en Berlín Occidental durante la Guerra Fría. Con 516 participantes, algunos de ellos fueron seguidos durante 18 años. Factores como la salud dental, el estrés y el bienestar económico se tomaron en cuenta junto con pruebas de fluidez verbal.
En este estudio, se registraron cuatro habilidades cognitivas: fluidez verbal, velocidad perceptiva, conocimiento verbal y memoria episódica. Se realizaron diversos tests, como el que pedía a los participantes nombrar la mayor cantidad de animales en 90 segundos. Al analizar estos resultados, los investigadores desarrollaron un modelo computacional para relacionar el rendimiento con el riesgo de mortalidad.
De todas las habilidades evaluadas, la fluidez verbal fue la única que mostró una conexión significativa con la longevidad. Aunque la razón detrás de esta relación no está del todo clara, podría ser que comunicarse bien ejercita diversas áreas del cerebro. Ghisletta menciona que el declive cognitivo, emocional y físico suele ir de la mano, y que prestar atención a la fluidez verbal puede ser un buen indicador de bienestar.
Por lo tanto, cada vez que conversamos, no solo estamos compartiendo ideas, sino también ejercitando nuestro cerebro. Aunque leer el diccionario puede no ser la solución mágica para vivir más, mejorar nuestras habilidades comunicativas sí podría tener un impacto positivo en nuestra salud a largo plazo.