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La ONU cumple 80 años con su credibilidad en la cuerda floja por guerras en Ucrania y Gaza

24 marzo, 2025

La ONU celebra su 80 aniversario en medio de críticas por su falta de acción en conflictos actuales, lo que plantea interrogantes sobre su futuro.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se acerca a su 80 aniversario en 2025, un hito que debería ser motivo de celebración, pero que se ha convertido en un llamado a la reflexión sobre su relevancia en un mundo lleno de conflictos. Desde su creación en 1945, la ONU ha sido vista como el baluarte de la paz mundial, pero su incapacidad para actuar en situaciones críticas, como las guerras en Ucrania y Gaza, ha sembrado dudas sobre su legitimidad.

Los ecos de la indignación global resuenan con fuerza mientras el Consejo de Seguridad permanece en silencio ante las atrocidades que se desarrollan en estos lugares. A medida que el mundo observa, resoluciones que abogan por la paz son rechazadas, dejando a muchos preguntándose si la ONU realmente tiene el poder de cumplir su misión.

Los orígenes problemáticos de la ONU

Para entender la situación actual, es necesario retroceder a los años de su creación. En medio de los estruendos de la Segunda Guerra Mundial, diplomáticos de las potencias vencedoras se reunieron en secreto para diseñar un organismo que evitara futuros conflictos de tal magnitud. Sin embargo, entre sus objetivos también estaba el de consolidar sus propios intereses.

En 1944, Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética establecieron las bases de un Consejo de Seguridad que podría autorizar intervenciones militares, pero con la condición de que estos países tuvieran un poder de veto absoluto. Esta regla, que parecía una garantía de estabilidad, se ha convertido en un obstáculo para la acción.

El famoso episodio en el que el ministro soviético Viatcheslav Molotov preguntó sobre la posibilidad de que la ONU condenara acciones militares soviéticas ilustra cómo este veto fue diseñado para proteger los intereses de las potencias. Desde entonces, la historia ha demostrado que este poder puede ser utilizado para obstruir cualquier intento de justicia internacional.

Desde su creación, la ONU ha enfrentado múltiples desafíos. Entre 1945 y 1970, la Unión Soviética vetó resoluciones en 107 ocasiones, mientras que Estados Unidos, a partir de los años 70, empezó a liderar la lista de vetos, principalmente para proteger a Israel y sus propios intereses geopolíticos.

La situación cambió tras la caída de la URSS y el fin de la Guerra Fría, cuando el Consejo de Seguridad comenzó a operar de manera más efectiva. Sin embargo, tras los atentados del 11 de septiembre y el creciente protagonismo de potencias como China y Rusia, la ONU ha caído nuevamente en una crisis de credibilidad.

Hoy, 80 años después de su fundación, la ONU se enfrenta a su mayor crisis. La falta de acción en conflictos como los de Ucrania y Gaza ha llevado a muchos a cuestionar su legitimidad y su capacidad para mantener la paz. A pesar de sus logros en áreas como la ayuda humanitaria y la salud global, los temores sobre su futuro son evidentes.

La ONU se encuentra en una encrucijada. Sin reformas que pongan fin al veto y amplíen su Consejo de Seguridad, su destino podría ser el colapso. Sin embargo, lograr un consenso entre las potencias es una tarea monumental, y la historia demuestra que cambiar las reglas del juego nunca es fácil. La experiencia de la Liga de Naciones, que se disolvió tras no poder evitar la Segunda Guerra Mundial, sirve como un recordatorio de lo que podría estar en juego.

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