Recientemente, el asteroide 2024 YR4 ha sido el protagonista de múltiples titulares. Con un diámetro aproximado de 55 metros, este objeto espacial había generado cierta preocupación debido a una posible colisión con la Tierra en 2032. Sin embargo, los últimos datos de la NASA han cambiado radicalmente esta perspectiva.
Durante su apogeo, el asteroide alcanzó una probabilidad de impacto de 1 en 32, la más alta jamás registrada para un objeto de este tamaño. Este nivel de riesgo, que podría haber devastado una gran ciudad, ha sido actualizado y, afortunadamente, ahora se considera que las posibilidades de un choque son inexistentes.
Actualización sobre el riesgo de impacto
La NASA había informado que, a partir del 21 de septiembre, la probabilidad de colisión ya había disminuido a 0.28%. Pero fue el 24 de septiembre cuando la agencia espacial estadounidense anunció oficialmente que el 2024 YR4 no representa ninguna amenaza para nuestro planeta.
Este asteroide, clasificado como un “asteroide cercano a la Tierra”, se acercará a unos 106 mil kilómetros de distancia en 2032, lo que, en términos cósmicos, es una distancia segura. Originalmente, se pensaba que podría impactar el 22 de diciembre de 2032, pero ahora parece que solo hará una visita amistosa.
Los asteroides se clasifican según la Escala de Turín, que mide el riesgo de impacto y el potencial destructivo de los mismos. Desde el 24 de septiembre, el 2024 YR4 ha sido catalogado en el nivel más bajo de peligro, con una probabilidad de 1 en 20.000 de colisionar con la Tierra.
Incluso con esta baja probabilidad, el miedo a un impacto es comprensible. Si el asteroide hubiera colisionado, se habría liberado una energía equivalente a 8 megatones, algo que supera en 500 veces a la bomba atómica lanzada en Hiroshima. Sin embargo, ahora se puede respirar tranquilo hasta 2032, siempre que no se ignoren los problemas que enfrentamos en la Tierra 😅.
Aunque actualmente no hay otros asteroides en la escala de Turín que superen el nivel cero, la vigilancia continúa. Telescopios como el Asteroid Terrestrial-Impact Last Alert System (ATLAS), financiado por la NASA, están constantemente monitoreando estos objetos para asegurarse de que no representen una amenaza.
Aún así, es vital estar preparados ante la posibilidad de futuros impactos. Por ello, la NASA ha desarrollado el proyecto DART, un esfuerzo de 324.5 millones de dólares destinado a desviar asteroides en caso de que alguna vez se presente una amenaza real.