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Las arañas laberinto evitan el canibalismo entre hermanas a pesar del hambre extrema

14 abril, 2025

Un nuevo estudio revela que las arañas laberinto no atacan a sus hermanas, incluso en situaciones de hambre extrema, gracias a señales sociales.

Las arañas-laberinto (Agelena labyrinthica), que habitan en Europa, son conocidas por su naturaleza solitaria y a veces caníbal. Sin embargo, un reciente estudio ha revelado que estas arañas no se atacan entre sí, incluso cuando están en situaciones de hambre extrema. Este descubrimiento arroja luz sobre el comportamiento social de estas arañas y cómo sus interacciones familiares pueden influir en su supervivencia.

A pesar de que su instinto caníbal puede ser fuerte, especialmente en su juventud, el estudio ha demostrado que las Agelena labyrinthica no se lastiman entre hermanas. Esto fue confirmado por un experimento que puso a varias arañas en un entorno sin comida, observando que, sorprendentemente, no se atacaron entre sí, manteniendo una especie de paz familiar.

La investigación detrás del respeto familiar

Los investigadores llevaron a cabo su estudio publicando los resultados en la revista Animal Behaviour. Para examinar el comportamiento de estas arañas, recolectaron huevos en el sudoeste de Francia y criaron a las arañas en laboratorio. Algunas fueron criadas solas, mientras que otras vivieron en grupos de cuatro. Después de 20 días sin alimento, se observó cómo se comportaban las arañas en un espacio diseñado para simular un combate por comida.

Los resultados fueron sorprendentes: las arañas que habían sido criadas en grupos mostraron un comportamiento mucho más pacífico que aquellas que habían estado solas. Esto sugiere que las arañas solitarias carecen de la habilidad de reconocer señales sociales que podrían prevenir el canibalismo entre hermanas.

Es interesante notar que, aunque las arañas-laberinto muestran respeto por sus hermanas vivas, esa consideración desaparece cuando una de ellas muere. En tal caso, el cadáver se convierte en una fuente de alimento, lo que indica que la dinámica familiar tiene límites claros. Las arañas tienden a preferir presas vivas, pero en el caso de una hermana fallecida, el apetito gana la batalla.

El estudio también plantea preguntas sobre cómo las arañas comunican su estado a través de señales químicas. Parece que las conexiones sociales juegan un papel crucial en el comportamiento de estas criaturas; sin embargo, una vez que mueren, la regla de no comer se elimina. Este hallazgo invita a futuros estudios que exploren la complejidad de las interacciones sociales entre arañas.

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