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Científicos filman por primera vez a el calamar colosal en su hábitat natural

21 abril, 2025

Después de un siglo de misterio, el calamar colosal ha sido grabada en libertad, revelando su impresionante tamaño y características únicas.

El calamar colosal, ese enigmático gigante del océano, ha sido un tema de fascinación durante más de 100 años. Conocido científicamente como Mesonychoteuthis hamiltoni, este invertebrado puede alcanzar longitudes de hasta siete metros y pesar más de 500 kg. Sin embargo, hasta hace poco, su existencia en libertad había permanecido en el ámbito de la leyenda. La única evidencia de su existencia provenía de restos encontrados en el estómago de depredadores más grandes o atraídas por barcos de pesca.

En un giro sorprendente, un equipo de investigadores logró filmar a este cefalópodo en su hábitat natural por primera vez. Las grabaciones, realizadas a principios de marzo en las Islas Georgia del Sur y Sandwich del Sur, durante una expedición a bordo del barco Falkor, del Instituto Oceánico Schmidt, han dejado a la comunidad científica asombrada. Utilizando un vehículo operado remotamente llamado SuBastian, los científicos capturaron imágenes a 600 metros de profundidad que muestran a un joven ejemplar de apenas 30 cm.

Un descubrimiento inesperado

La científica principal de la expedición, Michelle Taylor, de la Universidad de Essex, comentó que inicialmente filmaron al animal por su belleza y rareza, sin prever la magnitud del hallazgo. Fue después de revisar las imágenes y consultar con otros expertos que comprendieron la trascendencia del avistamiento. Kat Bolstad, otra de las especialistas, expresó su emoción al ver la filmación de un juvenil de calamar colosal, destacando la peculiaridad de que estos animales aún no tienen conocimiento de la existencia de los humanos.

El calamar colosal, en su etapa juvenil, presenta una apariencia transparente, lo que contrasta drásticamente con su aspecto adulto. Cuando alcanzan la madurez, estos gigantes del mar desarrollan cuerpos robustos y ojos que son más grandes que una pelota de baloncesto, características que les ayudan a evadir a sus principales depredadores: las ballenas-cachalote. Bolstad enfatizó que durante el último siglo, los calamares colosales solo habían sido hallados muertos o como presas en otros animales, lo que hace que este avistamiento sea aún más significativo.

El misterio de por qué ha sido tan difícil observar a estos cefalópodos en su hábitat natural radica en su naturaleza cautelosa. Cualquier ruido o perturbación puede asustarlos, lo que dificulta el trabajo de los investigadores. Bolstad explicó que muchos de los equipos utilizados en las expediciones son ruidosos y brillantes, lo que alerta a los calamares sobre la presencia humana antes de que puedan ser vistos. Sin embargo, la misión de los científicos no termina aquí, ya que seguirán explorando en busca de ejemplares más grandes y sorprendentes.

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