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Los pulpos machos inyectan veneno en las hembras durante el sexo para sobrevivir

18 marzo, 2025

Un comportamiento sorprendente en la naturaleza revela cómo los pulpos machos usan el veneno para evitar ser devorados por sus parejas durante el acto sexual.

El mundo animal a veces es un verdadero espectáculo de estrategias de supervivencia. Un gran ejemplo son los Hapalochlaena fasciata, conocidos como los pulpos de anillos azules. Estos pequeños cefalópodos australianos han desarrollado un método poco convencional para evitar convertirse en el almuerzo de sus parejas: inyectan veneno a las hembras durante el acto sexual. Este comportamiento, que podría parecer un romance tóxico, es en realidad una cuestión de supervivencia.

Las hembras de esta especie pueden llegar a ser hasta cinco veces más grandes que los machos, lo que les da una ventaja significativa en términos de fuerza. Sin embargo, los machos han encontrado una manera ingeniosa de nivelar el campo de juego. Utilizan una potente neurotoxina, la tetrodotoxina, que se encuentra en su saliva, para inmovilizar a las hembras en medio del acto sexual. Este veneno es tan poderoso que puede causar que las hembras se queden sin aliento durante varios minutos.

Un baile mortal en el océano

Los pulpos de anillos azules habitan en aguas poco profundas del océano Pacífico, principalmente entre Australia y Japón. Cuando los machos se aparean, muerden a las hembras en la arteria aorta, administrando la cantidad justa de veneno para que queden paralizadas durante el acto, que puede durar entre 40 y 75 minutos. Las hembras, cuando se recuperan, a menudo empujan a sus parejas lejos de ellas, pero esto les da tiempo a los machos para completar la cópula.

Y aquí viene lo más sorprendente: este comportamiento no es solo por amor, sino también por una cuestión de supervivencia. El canibalismo sexual es una práctica común entre los cefalópodos. Una vez que las hembras ponen sus huevos, pasan alrededor de seis semanas sin comer, cuidando de su prole. Durante este tiempo, aprovechar la oportunidad para alimentarse de los machos resulta muy conveniente. Así, el ciclo de vida de estos pulpos se convierte en un intrincado juego de vida y muerte.

Además, el macho tiene un tentáculo especializado, el hectocótilo, para transferir su esperma. Sin embargo, su tamaño pequeño limita su capacidad de mantener distancia durante el apareamiento, lo que hace que esta inyección de veneno sea una estrategia crucial para su supervivencia. Curiosamente, a pesar de la toxicidad del veneno, los investigadores han encontrado que las hembras sobreviven a esta experiencia y pueden alimentarse normalmente al día siguiente. Esto sugiere que han desarrollado una resistencia a la neurotoxina.

Sin embargo, los humanos deben tener cuidado. Aunque estos pulpos son tímidos y tienden a huir de la presencia humana, su veneno puede ser mortal. Se han registrado casos de muertes tras el contacto con ellos, por lo que es mejor mantener las distancias. A pesar de su pequeño tamaño y apariencia inofensiva, los pulpos de anillos azules siguen siendo uno de los recordatorios más impactantes de lo que la naturaleza es capaz de crear.

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