Preparar un café no es solo un ritual matutino, es todo un arte. Desde la prensa francesa hasta el método de goteo, existen múltiples maneras de extraer el mejor sabor de los granos. Sin embargo, un grupo de científicos ha ido más allá, aplicando principios de química molecular y física de fluidos para desarrollar un método que asegura la taza de café perfecta, sin necesidad de equipos sofisticados.
En un estudio publicado en la revista Physics of Fluids, los investigadores analizaron cómo el agua interactúa al ser vertida sobre el café molido. Para ello, utilizaron partículas de gel de sílice en un cono de vidrio que simula el filtro de café tradicional. Grabaron el momento en que el agua se deslizaba sobre las partículas y estudiaron las dinámicas de este proceso.
El secreto detrás del vertido de agua
La clave radica en la altura desde la que se vierte el agua. Según Ernest Park, coautor del estudio, lo ideal es mantener el chorro de agua lo más alto posible, pero asegurando que el flujo sea constante. Esto crea un efecto de avalancha que permite que el café molido se redistribuya, facilitando una extracción uniforme del sabor.
Sin embargo, no todo vale. Un flujo débil puede romper el chorro en gotas, algo que se debe evitar para no afectar la mezcla del café. Margot Young, también coautora del estudio, advierte que este fenómeno impide que el agua mezcle efectivamente el café, lo que podría resultar en una taza menos sabrosa.
Además de mejorar el sabor, el método propuesto tiene un enfoque ecológico. La producción mundial de café enfrenta actualmente desafíos importantes debido a los cambios climáticos, que afectan tanto la calidad como la cantidad del grano cosechado. En este contexto, la agricultura sostenible se vuelve esencial para garantizar la estabilidad del suministro a largo plazo.
Varias regiones claves productoras de café están experimentando condiciones climáticas extremas que amenazan los cultivos. Este fenómeno no es exclusivo de una zona en particular, ya que también se observa en países de distintas latitudes, como Indonesia y Etiopía, donde el impacto del clima sobre la producción es cada vez más evidente.
El método científico para preparar café no solo requiere una menor cantidad de granos, sino que también permite ajustar el perfil sensorial de la bebida. Al modificar parámetros como la tasa de flujo y la altura del vertido, se logra un mayor control en la extracción, lo que podría contribuir a una reducción en la demanda global de granos de café.