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La sorprendente relación entre la resiliencia inmunológica y el envejecimiento saludable

30 abril, 2025

Un nuevo estudio revela cómo la capacidad de nuestro sistema inmunológico para recuperarse juega un papel clave en la longevidad.

¿Alguna vez te has preguntado por qué hay personas que parecen tener un sistema inmunológico a prueba de balas? Mientras todos a su alrededor pasan por resfriados y gripes, ellos permanecen firmes y sanos. En contraste, otros parecen ser imanes para las enfermedades, con un constante goteo de pañuelos y medicinas. La respuesta a estas diferencias puede estar en la resiliencia inmunológica, una capacidad que varía entre individuos y que está influenciada tanto por la genética como por el estilo de vida.

El estudio detrás de la resiliencia inmunológica

Recientemente, una investigación publicada en la revista Aging Cell ha arrojado luz sobre la relación entre la resiliencia inmunológica y la salud a medida que envejecemos. Los científicos examinaron el genoma de aproximadamente 17,5 mil personas de diferentes edades, centrándose en el gen TCF7, que es fundamental para la producción de una proteína que ayuda a mantener la integridad de las células-tronco.

El sistema inmunológico no solo nos protege de las enfermedades, sino que también se encarga de eliminar las células viejas que ya no funcionan correctamente, un proceso conocido como apoptosis. Sin embargo, algunas células logran evadir este proceso y se convierten en células senescentes, que pueden liberar sustancias dañinas y contribuir a problemas de salud como inflamaciones, insuficiencia cardíaca e incluso ciertos tipos de cáncer.

Las células senescentes son un factor clave en las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, lo que convierte a la resiliencia inmunológica en un elemento crucial para vivir más y mejor. El estudio ha demostrado que aquellos con baja resiliencia inmunológica a los 40 años tienen una tasa de mortalidad hasta 9,7 veces mayor en comparación con sus pares saludables. Esto equivale a tener una resiliencia inmunológica comparable a la de una persona de 55,5 años, lo que representa una diferencia de más de 15 años.

Los investigadores han señalado que la mediana edad, que abarca desde los 40 hasta los 70 años, es una etapa crítica para la longevidad. Mantener una buena resiliencia inmunológica durante este período puede reducir la mortalidad en hasta un 69%.

Además, los hallazgos sugieren que mantener una resiliencia inmunológica adecuada preserva perfiles inmunológicos jóvenes a cualquier edad, mejora las respuestas a las vacunas y reduce significativamente la carga de enfermedades cardiovasculares, Alzheimer e infecciones graves. Es importante destacar que después de los 70 años, las tasas de mortalidad entre resilientes y no resilientes se equiparan, lo que indica que prestar atención a la salud inmunológica no puede esperar a la vejez.

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