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El sorprendente uso de un cráneo humano en cenas de Oxford hasta 2015

29 abril, 2025

Un cráneo humano, convertido en cáliz, fue utilizado por académicos de Oxford durante años, revelando oscuros secretos del colonialismo.

Imagina asistir a una cena en uno de los colegios más prestigiosos del mundo y descubrir que el vino se sirve en un cáliz que una vez fue un cráneo humano. Esto era una realidad hasta 2015 en el Worcester College de la Universidad de Oxford, donde los profesores bebían de un inquietante recipiente que rememora una historia marcada por el colonialismo británico.

El cráneo, refinado y pulido, contaba con detalles en plata que incluían el nombre de su donante, el antropólogo eugenista George Pitt-Rivers. Su origen se remonta a 225 años atrás, aunque la identidad de la mujer a la que perteneció sigue siendo un misterio. Según el arqueólogo Tom Hicks, quien investiga la historia de este objeto en su próximo libro, el cráneo probablemente perteneció a una mujer esclavizada del Caribe. Hicks comenta que la historia de la taza es un reflejo de la deshumanización que caracterizó la violencia de la época.

Un artefacto con historia

La historia del cráneo es fascinante. George Pitt-Rivers heredó la taza de su abuelo, Augustus Pitt Rivers, quien la adquirió en una subasta en 1884. Este último la compró a un abogado, Bernhard Smith, que posiblemente recibió el cráneo de su padre, quien sirvió en la Marina Real del Reino Unido en el Caribe. Smith también realizó algunas modificaciones al cáliz, reemplazando su soporte original de madera por uno de plata en 1838.

El uso del cáliz en cenas oficiales comenzó en la sala común para profesores, pero con el tiempo, debido a su deterioro, se limitó a servir chocolate caliente. Fue solo en 2015 que se decidió retirar su uso, impulsado por las preocupaciones de académicos y visitantes.

La Universidad de Oxford ha señalado que, aunque el cáliz fue expuesto ocasionalmente como parte de su colección de plata, su uso se volvió “muy limitado” después de 2011, siendo finalmente retirado de manera “respetuosa” a un archivo de acceso restringido.

En 2019, Hicks fue invitado a investigar los orígenes de este cráneo, y su hallazgo será narrado en su libro titulado Every monument will fall, que se lanzará en mayo. La obra explora la historia de artefactos que evidencian el legado de la esclavitud y el racismo.

Curiosamente, Hicks es curador del Pitt Rivers Museum, fundado por Augustus Pitt Rivers, lo que añade una capa de complejidad a su investigación. En su libro anterior, The Brutish Museum, Hicks aborda cómo muchos museos, incluido el British Museum, poseen colecciones que surgieron de actos de robo y explotación, planteando la necesidad de descolonización y repatriación de artefactos a sus lugares de origen.

La historia del cáliz de Oxford es solo un ejemplo de cómo los museos europeos están llenos de objetos que, en su mayoría, fueron adquiridos de manera cuestionable.

La historia de estos objetos no es solo una cuestión de historia, sino también un reflejo de la lucha por la justicia social y cultural en el presente.

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