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Los bebés crean recuerdos pero no pueden recordarlos al crecer según un nuevo estudio

1 abril, 2025

Un reciente estudio revela cómo los bebés forman recuerdos a una velocidad impresionante, aunque no puedan acceder a ellos más adelante.

Desde que nacen hasta los tres años, el cerebro de un bebé se convierte en una auténtica fábrica de conexiones neuronales, creando hasta un millón de sinapsis por segundo. A pesar de este torrente de actividad cerebral, las memorias de la primera infancia suelen ser escasas. Las primeras huellas comienzan a aparecer alrededor de los tres años, mientras que los recuerdos completos no se forman hasta cerca de los seis años.

La idea de la “amnesia infantil” fue propuesta por primera vez a finales del siglo XIX y popularizada por Sigmund Freud en 1905. Según Freud, este olvido de los primeros años de vida era un mecanismo para reprimir pensamientos y experiencias que los niños aprenden a considerar inaceptables. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha encontrado evidencia científica que respalde esta teoría, lo que ha dado lugar a un sinfín de especulaciones sobre el tema.

Memorias en el hipocampo

Un grupo de investigadores de prestigiosas universidades estadounidenses, como Yale y Stanford, ha descubierto que los niños son capaces de formar recuerdos, aunque no puedan acceder a ellos en el futuro. El hipocampo, la zona del cerebro encargada de almacenar memorias, está activo desde muy temprano, lo que contradice la creencia de que solo empieza a funcionar a cierta edad.

En este estudio, los científicos llevaron a cabo un experimento mostrando imágenes de rostros, objetos y escenarios a bebés de entre cuatro meses y dos años, mientras monitorizaban su actividad cerebral a través de resonancias magnéticas funcionales. Los resultados fueron sorprendentes: los pequeños mostraron mayor interés por las imágenes que ya habían visto, indicando que efectivamente estaban almacenando información en su hipocampo.

Los datos sugieren que la cantidad de actividad en el hipocampo al ver una imagen por primera vez está directamente relacionada con la atención que los bebés prestan a la misma imagen al ser presentada de nuevo. Este patrón se observó en todos los participantes, siendo más pronunciado en aquellos mayores de 12 meses.

Las memorias formadas en la infancia temprana podrían ser recuerdos a corto plazo, que se desvanecen con el tiempo. Algunos estudios preliminares realizados con vídeos grabados desde la perspectiva de los niños sugieren que estas memorias existen, pero desaparecen antes de los seis años. Otra teoría postula que la información recogida durante la primera infancia permanece en el cerebro, pero resulta inaccesible una vez que los niños adquieren la capacidad del lenguaje.

Un estudio reciente con ratones, publicado en 2023, mostró que es posible recuperar memorias olvidadas al estimular las neuronas que almacenaron esa información originalmente. Aunque este hallazgo es prometedor, dista mucho de ser aplicable a los humanos, ya que las técnicas necesarias serían poco éticas.

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